Por Envar Ferreyra | Ilustración: Nair Farina
Cuando nadie pueda decir dónde estamos
aparecerán vigías con dedos de bronce
programando un moderno amanecer
futuro sin relojes u horarios ni tics ni tacs
el viejo del asilo no gritará más todo el día desgarrado
no quedará nadie que pueda escribir una palabra
y podremos ahorrarnos los esfuerzos de amar a alguien
o de sentir pena
serán nuevos pero no libertadores los que crucen cordilleras de dinero
y paseen blindados saludando a nadie que los saluda contentísimo
darán alimentos en lata podridos sin vencimiento
se harán corredores para mayor rapidez y comodidad
y de los orfanatos sacarán a dos o tres para mostrar
las nuevas técnicas para morir más temprano
y ser el muerto más joven y solicitado
ahora que es tan bueno morir temprano
fabricarán cruces con los tenedores y cucharas
para poner sobre los ataúdes que se harán con cajones de fruta
muy livianos y biodegradables
llenos de huesos ricos en minerales
los van a enterrar para que nutran los campos
serán vendidos como abono para que la evolución continúe
y tendremos francotiradores por todos lados como siempre soñamos
que cada tanto elegirán uno entre todos y contarán las bajas
en tablas de posiciones discutidas en cadena nacional
con participación del público
los fotógrafos van a tener su campo de trabajo
para que puedan fotografiarse unos a otros cuanto quieran
y no va a ser posible medir el calibre de una bala
hasta no encontrar un cadáver que justifique el gasto
será noche o media mañana indistintamente
toda la ciudad con velas parecerá un cementerio
pero es muy pronto todavía para quejarse tanto
habrá que esperar morir dos veces
para estar seguros.