…y llegará el día en que atragantado por las injusticias que le volcaron sobre el cuero, el pueblo herido pero valiente, le arrebatará los privilegios a los que los condenaron al hambre y la desgracia. Hay un termómetro que no soporta mucha más temperatura y contra ello no hay promesa que valga. Sólo se trata de tiempo, de que el corazón aguante para que la sangre no termine en el suelo sino celebrando la conquista.
El hombre se ha limitado a un sistema, un bloque. Ha colocado barreras de destrucción.
El hombre no sabe porqué.
El sistema está podrido, los pensamientos del ser humano están en crisis, se auto-fracasan.
El hombre vive dos vidas paralelas entre sí, y él sabe que si ellas se cruzan la sociedad entra en conflicto.
*Dos vidas, una es la IRREAL, en la que vive conforme y respeta el sistema impuesto actual, ignorando los damnificados por el hambre, traicionando su modo de vida.
El hombre sabe la verdad, el hombre sabe que está mal y que no, su conciencia se encarga de comunicárselo, sin embargo, él, es una traición auténtica, hoy no hay nada más insano que su actuar. Esta es su vida irreal.
*Con respecto a la vida REAL, es la que queremos unos pocos, la vida en la cual plantamos un eje de referencia y nos inclinamos para el lado más correcto posible, respetando el lugar y la medida que nos toca, basándonos en leyes y valores universales (estas leyes y valores serían el remedio para los estúpidos que se excusan con los juegos de palabras) en los cuales contribuyamos sin perjudicar a los demás seres humanos.
Siempre tratando, intentando de entender y romper esa estructura que nos han impuesto para vivir en un mundo ficticio, superficial, asintiendo todas la calamidades que se transforman en costumbre, como si ya fuesen moneda corriente en nuestras vidas.
Esas pocas personas que no elegimos tirar del carro incansable, tenemos que fomentar la rebelión.
