Detrás de las paredes se esconde un mundo desconocido y recreado por las suposiciones que, entonadas en sus prejuicios, construyen mitos que sobreviven en los rumores que las bocas pasajeras sostienen con su lengua inquieta. Señoras que miran de reojo; hombres que murmuran sobre amores evaporados; niños que aseguran haber visto brujas y brujas que esperan a que un niño se descuide y sea parte del banquete.
«Hay cosas encerradas dentro de los muros que, si salieran de pronto a la calle y gritaran, llenarían el mundo».