Poesía | Mínimo, Vital y Móvil - Por Marcos Kramer

La academia

No mires para arriba
no te enojes
la mayor parte del agua
de la lluvia
cae en el mar
tranquila


Maldita ginebra

Hay poetas que para empezar a escribir toman aire
se inflan el pecho de palabras que son de otro
y largan todo así nomás
paradelante
Cuando en realidad deberían empezar de a poco
a inflarlo
al poema digo
de a poquito
y llenarse los dedos de preguntas
Escribir esto
creo
no sé
es derribar el azar a cabezazos
palabra tras palabra
esquirla tras esquirla
convirtiendo el cráneo en una sopa de vidrios amarillos
Tomar aire
sí, es cierto
pero entre las palabras
para poder soltarlas más cerca
con olor verde, denso y verdadero
Es que hacer un poema es un ejercicio tan preciso
tan preciso y desagradable
como escupir una paloma callejera
y llevarla a volar sobre la cabeza de tus contemporáneos


Compostela

Para Danilé

Entonces salí de casa queriendo caminar
dejé el lavado de algo sucio
y la agenda deportiva del domingo y salí
temblando por el frío
Encaré para la izquierda no tan seguro del camino
que me dicta el viento en los oídos
Seguí el zigzag sonoro
con ganas de ver en las calles cuánto me querían
y de a poco descubrí que no había nadie
que todos me escapaban
o que nadie estaba en tránsito esa tarde
que es lo mismo
Pero cuadra a cuadra se me fueron ofreciendo
los pelados a través de las paredes
o viejos de a pares tras el tul de la cortina
Es que yo camino con los ojos, ¿no te dije?
Caminar, para mí, es ver
un policía durmiendo a la sombra de una lancha
soñándole el sueño a algunos pibes
Caminar, para mí,
es ver a aparecer a La Banda del Pincel
que te deja fantasmas y escudos de los clubes
como manchas de humedad del sentimiento
o una frase que bien vale una asamblea
Caminando ves
cómo nacen de a poco los barrios excluidos
desde las veredas prolijas de los barrios exclusivos
y les rompen a cascotes las baldosas reventadas
Un dulce caminar del porvenir
que va perdiendo valor inmobiliario
El suave aparecer de los márgenes urbanos
con una calma de crisis preparada
y de deuda interna en las familias
Y yo camino…
Caminar es eso
sentir que tus piernas te escalan a los ojos
que son piedras
y que esas mismas piernas
son las que habían roto esas veredas
las de los obreros de verdad
que llegan a sus casas bien de noche
cargando unos pesos que no van en los bolsillos
Camino y entiendo
por acá
que es otra la consigna de la gente en los baldíos
Y a esa altura de la cuadra
lo único que hay para escuchar
es el arrastre de un vaso descartable en una esquina
el minuto de silencio
y el fantasma de alguien comiendo un superpancho
Y volver
como siempre
caminando
con las manos llenas de imágenes bolita
casi ojos
Porque caminar así sin rumbo fijo
es ver el espacio de los otros
y es mejor que quedarte recostado
mirando el reflejo de tu cara en la pantalla


Villa Cariño

Hay otros que entienden mejor al bosque
de otra manera
ya lo sé no me lo digas
los que se sientan
los que corren
los que ni lo pisan lo atraviesan
los que lo talan con los hombros transpirados de pendejos
Debo ser yo el único que los mira
desde abajo el violento movimiento de sus ramas
las más altas
el respeto compañero que se tienen cuando crecen
mientras llenan con su espacio de líneas el dibujo
ojalá que pueda ser el único que las mire
mejor dicho
espero no ser el único
que se pega a la muerte de su nuca
y a blanquear los ojos de ramitas
Será que me estoy enamorando
o que casi es invierno
y que el olor a toalla seca al sol ya es demasiado


Néstor no se murió

Para Juaneme

Perdón si te escribo
así
fuera de mí
rompiéndome el culo
como vos y con tu estilo
pero se me enojan los dientes de madera
clavados en la encía de la Patria chapoteando
en el agua y yo me río de la plata
y del cansancio
No le duele pero grita
a la Patria
le rechinan las axilas de tanto tirar
y tirar
y que se la tiren
Vos sabés
no hace falta que te diga
escuchás con los oídos saturados de pastillas
aunque estés acá nomás allá bien lejos
en la tierra de los puchos enterrados
de los morros de gallina reina madre
en la tierra
de ese ritmo nauseabundo que bailaste
para ver mejor al lumpenaje
que te sigue los pasos tintineando
como el llavero con las llaves de la casa de tu vieja
acá a la vuelta
Vos sabés
escuchás desde allá
yo ya lo sé
desde adentro del cajón y envuelto en un saquito
ese verso que repite la tele sin tu nombre
“Hay cadáveres”
Pero quiero contarte de otras cosas
que no escucha tu mano delicada
porque quizás esto es
la superficie de los días
la costra de la costa de este continente del dosmil
Ahora hay en Buenos Aires
impostores que pasean con tu pelo
con tu cara nueva de barro y de nostalgia
y le susurran tus poemas a los pibes al oído
se los dictan
se los cojen en talleres
a los pibes con tu voz entremezclada
Pero no ¿sabés?
Aunque gasten las cuerdas de sus gargantas de madera
no hacen eso tuyo
lo que hicieron vos y tantas otras
en cada verso en cada ensayo en cada marcha
Esos impostores ahora
con tu cara en la pija que no tienen
no lo hacen
no se les meten en la columna
del cuerpo del poema de la marcha con lo suyo
ni pintan como vos de blanco semen
(de rosa Luxemburgo)
todas las banderas partidarias
Es que nadie sabe como vos
Néstor nuestro
perla irregular, nódulo de barro
que en el lenguaje del dolor
“Patria” y “poesía” tienen la misma cantidad de letras
y que hay que elegir de las dos
tan sólo una
porque la otra
bien lo dijiste
es el espejo perverso de nosotros mismos



* Todos los poemas forman parte del libro Mínimo, Vital y Móvil, Editorial Santos Locos, 2018.

Mínimo, Vital y Móvil, de Marcos Kramer | Arte de tapa: Azul Blaseotto

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