Estrenamos sección y rendimos un homenaje al género/estilo literario/periodistico de las «Aguasfuertes», tan ilustre como abandonado, desde donde el gran Roberto Arlt supo dar cátedra.
Por María Paula Palazzesi
Alquilo departamento de un ambiente, noveno piso pleno Barrio Martin. Ideal para estudiantes que no se fijen en que una ventana está rota y que un metro cuadrado de parquet no existe más. Zona tranquila, a excepción de los domingos por la tarde cuando hay “futbol para todos” porque, aunque no le interese la materia, se va a enterar igual del resultado del partido. Se lo recomiendo por la buena acústica de la ubicación que es perfecta para escuchar el apasionado relato de los hinchas balconeros.
Lejos del Gigante de Arroyito o del Coloso del Parque, usted puede llevar a cabo el otro lado del deporte que encontró la seguridad de las ventanas en vez de una tribuna con una avalancha debarras bravas. En medio de las alturas edilicias ustedes encentra envuelto en la batalla que desatan los hinchas balconeros. ¡¡¡Gooool!!!…. Tomaaa pa’ vo’ (nombre del equipo contrario)…¡¡Golaazoooo!!… ¡Viva Perón carajo!… No sé que tiene que ver la aceituna con el dulce de leche pero parece que el futbol despierta más de una pasión.
Yo traté de mantenerme al margen de la contienda, pero ahora usted tiene la oportunidad de ser parte de alguna hinchada, cualquiera sea su edad, género o color (de camiseta). He visto y escuchadoel fuego cruzado entre hinchas de diez años que eligen qué balcón dirigir sus insultos y siempre el contraataque de las chicas adolescentes viaja a través de toda la cuadra con femeninas formas de mandarlos a tomar la leche. Solamente se debe tener buena voz, una abertura con buena orientación hacia el exterior y si se tiene imaginación para realizar los cánticos obtendrá mejores respuestasde la hinchada contrincante. Le sugiero que siempre recurra al insulto “la putá que lo parió” al final de cada rima, verá que la métrica del verso se adapta a cualquier cantito balconero, especialmente si no aparecen las “eses” en la pronunciación.
Después de varios torneos, me fui acostumbrando a que el silencio de la siesta del barrio sea interrumpido por los gritos del clásico rosarino. Para los hinchas balconeros es tinto o blanco, no hay rosado; pero yo, que no soy ni canalla ni leprosa, una vez intente proponer una nueva consigna y grité: “¡¡Vamooos Racing!!” Para mi sorpresa contestaron otra vez: ¡Viva Perón!… y me sentí un poco más integrada porque es bueno que haya gente que no le importe la dicotomía obvia Ñul/Central. Yo me estoy mudando del lugar, pero los hinchas balconeros siempre están y se renuevan como la tabla de posiciones de la fecha. Lo invito a que viva en mi departamento y participe del juego que sólo desde las alturas se puede jugar. Es un divertido espectáculo del barrio, sobre todo cuando no se tiene nada mejor que hacer.