A veces el pasillo se le hacía angosto,
de todas maneras ya poco veía,
aunque el sol pegara fuerte en su cara.
De un sólo sapucay* despertó a su vieja ,
quien,
como saliendo a atender el efecto cotidiano del timbre,
abre la puerta,
le saca el tetra vacío de su mano, lo toma del brazo
y lo acompaña hacia la cama.
Lo acomoda y lo arropa; la cubetera ya estaba a su costado.
Esa mañana Juan descansó demasiado bien.
Esa misma mañana Martín murió ahogado por su propio vómito.
Es que hacía tiempo que no tenía madre, ni cama, ni cubetera.
*sapucay: grito característico de la región litoraleña argentina, específicamente de la provincia de Corrientes, que expresa un estado emocional de alegría o tristeza. Antiguamente considerado grito de guerra.