Asoma a lo lejos,
ya con una sonrisa
con choque de brizna que evita.
Su intervención lo apacigua
de cara a edén se presenta
mirando al rincón y no a los ojos.
Saluda,
el descarnado, desposeído,
el despatriado ex narigón.
Le somos el acecho contemporáneo,
tenemos y llega
a nuestra memoria
más recortes de años pasados
portando a su nariz
por el humilde cotidiano.
¿A dónde vas, ex narigón,
con la sombra que extirpas?
¿Por qué huyes, puerco botón?
esta es la verdadera noción
de que has sido lanzado
como un gran narigón.
Poemas anteriores: