Desde el escenario hablan. Conversan entre ellos mientras miran extrañados las miradas de los que los ven. Son ellos, los que poblaron los sueños y las mitologías. Nuestra cronista se acomodó en la silla y reconoció algunos pedazos de su infancia, en historias cruzadas que ensamblan un mismo relato. Respiró hondo un par de veces, y escribió lo que sigue.
Tuve una niñez con muy pocos cuentos de hadas, pero las conocí en aquel entonces. Más adelante mirando las estrellas descubrí el cinturón de cupido. En alguna clase de filosofía escuche hablar de las ninfas. En una fiesta de disfraces me tropecé con la parca. Con mi papa y su amorío por los pueblos originarios me sorprendió la Pachamama. Este sábado estaban reunidos estos cinco personajes sobre el escenario: Hada, Cupido, Ninfa, Morta (dela) y Pacha.
El entorno me llevaba a construir una casa, o un departamento pequeño, en donde el color violeta y las luces de diversos colores llamaban mi atención. Estos cinco seres raros y peculiares se habían juntado aquella noche para desatar una historia en donde todos estaban involucrados. Aunque no estaban solos, en aquel departamento vivía un joven, cuya presencia al parecer era desconocida por muchos de ellos, y cuando éste apareció todo se tornó confuso y gracioso.
En la obra se mezcla lo terrenal con lo sobrenatural. Ni bien comienza a desarrollarse la trama me doy cuenta que estos seres «mágicos» son tan mundanos como yo. En la ficción se entremezclan estereotipos, o mejor dicho imaginarios sociales, de cada personaje y los actores lo sostienen con inocencia. Hada, cargada de encantamiento e ideas utópicas; Cupido, portador de la bandera del deseo amoroso; Ninfa, seductora y bella; Morta, una de las responsables del destino y Pacha, subsidiaria del equilibrio. Todos juntos lograron aportar comicidad a la ficción y mi risa tímida acompañó a las tantas risas de la sala.
Apareció más adelante en la historia la amiga y primer amor del dueño de casa, pareciera que por culpa de un mal equilibrio de la naturaleza, por parte de alguno de estos seres mágicos, los padres del joven murieron en Tsunami y, a causa de una mala tirada de flecha de Cupido, Hada se enamora y besa al joven y su amiga lo ve y decide irse a un convento de San Luis. Pero eso ocurrió hace tiempo, y esa noche todos se reúnen para intentar modificar la situación.
Al hablar de mi relación con estos personajes olvidé hacer mención de un detalle no menor, mi niñez y adolescencia acompañada por la religión católica, durante la cual otro de los seres mágicos maquinó mi conducta por algunos años y justamente en la obra se pone de algún modo en cuestionamiento la «obsesión del ser humano de tantos siglos intentando hablar con Dios». En el transcurso, todo se transforma en una murga uruguaya, y con cantos intentan hablar con ese Dios. Con canciones conocidas por la mayoría, pero con letras construidas entre todos ellos, le dan un toque musical y de comedia a la obra.
No contaré cómo se desata la trama, sí diré que la obra atravesó temas tan místicos y misteriosos como las religiones que ocupan el mundo, y yo desde mi lugar me sigo preguntando si alguno de ellos y muchos más ¿existen?
Contacto
Ficha técnica:
Actuación: Julieta Garcia Rey, Guadalupe Carmona, Julia Bruera, Camila Rizzotto, Martín Poliotti, Marina Trueno y Mauro Sanabria
Dramaturgia: Leandro Aragón
Dirección General: Leandro Aragón
Producción: Dionisio CEA y Tandava Sala