el humo azota las pupilas
estremecidas
infinita quintaescencia, aliento quemante
epidérmica sensualidad, orgullosa
tumbo y retumbo que late
aquí y ahora
sustancia excelsa, ¿lo permanente?
labios de frutilla que se arquean
demasiado, y temblando
dejan escapar brumas
esos labios que hacen vivible
esta sencilla inmensidad
ahora el bullicio insano se aleja
se fuga en visiones esqueléticas
rondan un hechizo sacramental
cofias alunadas, hostias mascadas
se excitan los péndulos, caen y caen
esbeltamente fatal comienza el fraseo
entonces el temor y el goce
ya no pueden distinguirse.