Conversando
Hace algún tiempo, los chicos de Sambara dejaron un sobre contándonos sobre su música en la puerta de la revista. Tanto gustó, que hoy redoblamos la puesta y nos sentamos a charlar con ellos.
– Según tenemos entendido ‘Sambara’ es el nombre de un rey de la mitología hindú y bautizarse suena como un desafío. ¿Cómo llega a ser el nombre de la banda? ¿cuánto espíritu de Sambara hay en la música que hacen?
La historia del nombre de la banda es curiosa. Cuando decidimos llamarnos Sambara no sabíamos nada sobre el personaje mitológico. Fue una palabra que creímos «inventar» en un juego que hacíamos antes de ensayar. El juego consistía en armonizar voces y la única condición era que no valía usar palabras ya existentes. Sin darnos cuenta la palabra «Sambara» empezó a aparecer recurrentemente y nos encantó para ponerle a la banda. La idea era ponerle a un proyecto nuevo un nombre nuevo. Varios días después nos enteramos que la palabra ya existía y que era el nombre de un personaje divino y a la vez demoníaco de la mitología hindú.
Y bueno, en la música aparece mucho de este espíritu. No específicamente del demonio Sambara, sino de una energía que nos une a los seis integrantes de la banda y que genera algo que nos excede a cada uno como individuos. El paso del tiempo transformó a Sambara en nuestra forma de vida, en un proyecto en el que depositamos nuestro tiempo, nuestra creatividad y las cosas que tenemos para decir y para expresar.
– Improvisaciones, máscaras, desnudos, colores envolventes… Sus recitales son mucho más que una banda haciendo su música. ¿Crearon un ritual, una mística con sello propio?
Nuestros recitales son el momento en el cual Sambara existe en su totalidad. Nuestra sensación es que la conexión con el público y el ida y vuelta que se genera mientras tocamos es Sambara. Existe un ritual o una mística pero no es algo que hayamos creado nosotros. Sino que es lo que surge de la espontaneidad que genera la música tocada con amor y con dedicación. Tanto nosotros arriba del escenario como el público abajo simplemente expresamos lo que sentimos mientras sucede la música. Y eso fue generando que hoy el público lleve máscaras, papelitos, y toda la fiesta que se da cada vez que tocamos. Me parece que la mejor forma de definir el ritual es ese: fiesta.
– En su antiguo paso por El Corán y el Termotanque, mencionaron a Charly y al Flaco Spinetta como marcadas influencias, así como también invitan a un viaje que va desde Los Beatles hasta Jazz Escondido. ¿Cómo logran armar un cóctel musical de tanta magia sin caer en la repetición marcada de muchos que terminan siendo ‘copias’ de sus influencias’
Creo que lo que sucede es que en definitiva ese cóctel no es la mezcla ni la copia de otras músicas sino que es algo nuevo. Nosotros somos seis y los seis componemos. Por lo tanto cada uno aporta cosas distintas, y cada uno tiene influencias musicales distintas y por lo tanto lo que se genera de esa combinación es algo distinto a todo lo demás. Por supuesto que Charly y el Flaco son influencias y creemos que el rock nacional tiene que retomar algunas cosas de ellos que parecer estar perdiéndose. Pero también son influencias los Red Hot Chilli Peppers, o Catupecu Machu o Los Beatles. Lo importante creo que es que cuando componemos no pensamos en crear algo determinado. Simplemente nos dejamos llevar por la música y por lo que pide cada canción. Y así se crean canciones y climas dentro de las canciones muy originales.
– En Tucá Tucá logran un salto de calidad importante, grabando nada menos que con Javier Malosetti. ¿Qué sensación les dejó compartir el escenario con una figura tan reconocida del rock nacional?
Fue una experiencia maravillosa. Javier tocó con nosotros en la fecha de cierre de año de este 2012. Fue en el Marquee y la verdad es que nos queda un recuerdo hermoso. Vinieron más de 300 personas, fue una fiesta inolvidable y el momento en el que subió Javier al escenario explotó todo. Para nosotros es un orgullo y un placer estar trabajando con él por la clase de persona que es y por el recorrido y la talla que tiene como músico. Y bueno, por suerte nos llevamos muy bien y vamos a seguir trabajando. El próximo paso es la grabación de un disco de estudio a principios del año que viene que lo va a tener a Javier como productor artístico.
Sí por supuesto! El video quedó muy lindo. Es una filmación que hicimos de un recital a mitad de año en el Buenos Ayres Club. Tanto las imágenes como el audio son de ese recital y creemos que quedó un material interesante. Para esa fecha trabajamos con Javier Ojcius y la experiencia fue de lo mejor. Él se encargó prácticamente de todo y nos dejó a nosotros con la tranquilidad de sólo subir al escenario y hacer lo que sabemos hacer. Y bueno, queríamos dejar un regalo antes de meternos a grabar el disco así que creo que la expectativa se cumplió.
– El 2013 parece ser un año de grandes apuestas para la banda. ¿Qué nuevos proyectos aparecen en carpeta para el futuro de Sambara?
Fundamentalmente tenemos el proyecto de la grabación del disco. A fines de febrero vamos a entrar al estudio con la producción artística de Javier Malosetti y nuestra energía está depositada en poder grabar un disco a la altura de nuestras expectativas que son muy altas. Tenemos trabajando con nosotros a grandes músicos y grandes personas así que le ponemos fichas a la grabación. Y como siempre después queremos seguir tocando en vivo con la frecuencia que lo hicimos este año. Porque como dije antes el vivo es el lugar en el que más cómodos estamos y siempre queremos mostrar lo que hacemos. ¡Así que nos espera un 2013 primero en el estudio y después en los escenarios!