El Corán y el Termotanque se arrimó a la ronda y antes de que arranque el colectivo, aprovechó para conversar con ellos acerca de la presentación de su último trabajo ‘¿Quién Baila?’
¿Quién le puso Ojerosa y por qué?
¿Tras diez años y monedas de música y escenarios, hoy sienten que están donde querían verse cuando inició la banda?
Siempre tocar fue un placer para nosotros. Un excusa para juntarnos entre amigos y disfrutar. A medida que fue pasando el tiempo lo que era un hobby pasó a ser un proyecto de vida; lo que eran deseos de divertirse pasaron a ser pasiones que ocuparon todo nuestro corazón. Hoy en día Ojerosa es un proyecto real, de un grupo de amigos devenidos músicos, que buscan vivir de sus canciones. Estamos ocupando el cien por ciento de nuestro tiempo y dedicación en esta aventura.
Siempre intentamos aclarar que si bien hace 10 años que la mayoría de nosotros tocamos juntos, el proyecto profesional comenzó allá por el 2010 cuando se incorporó en las filas nuestro bajista Rama. A partir de ese momento fue un crecimiento exponencial hasta estos días que nos encuentran despidiendo nuestro primer disco.
¿Quién baila? Es una invitación a no quedarse quieto. El título ya anuncia un clima alegre y de zapatos sonando contra el piso. ¿A qué apuntaron con el nombre?
Exactamente a eso. Nos dimos cuenta que la palabra baile estaba muy presente en nuestra letra y en nuestra concepción de cómo pensamos las cosas. Entendemos que las letras deben buscar representar nuestros ideales, que deben ser de lucha y compromiso, pero a la vez deben ser alegres, optimistas y tratamos de que eso se vea reflejado en el tipo de rock que tocamos.
¿Las repercusiones del álbum se codean con las expectativas que aparecieron cuando lo terminaron?
Siempre que uno hace una canción creo que tiene la expectativa de que esa canción sea apreciada por los demás. Que lo que estás cantando represente algo para otro, que toque alguna fibra, algún sentimiento.
Con un disco pasa exactamente lo mismo. Definitivamente pretendés que el disco guste y sea bien recibido por los demás.
Respecto de ¿Quién baila?, al ser nuestro primer disco, no sabíamos qué esperar, cómo iba a reaccionar el público y la verdad que ha sido espectacular. Nos permitió conectar con la gente que nos venía a ver de otra manera. Te permite que el otro pueda escuchar tranquilo tu material, escuchar las letras, los vaivenes y los matices. Y eso se ve muy reflejado en los shows.
En el video de ‘Poquito a poco’, el primer tema del álbum aparece uno de los pacientes del Borda y a un año de la estúpida represión, fue él mismo quien los entrevistó en el evento realizado por la Radio La Colifata. ¿Qué sensación les dejó trabajar con un paciente del Borda y, al mismo tiempo, que recuerdo les queda de aquella cálida entrevista?
Cuando la gente que ideó el video nos habló de Hugo López inmediatamente supimos que él era el indicado. Para nosotros fue un inmenso orgullo poder trabajar con un luchador como Hugo y todos los compañeros del Borda.
Ellos forman parte de esas realidades que el sistema esconde debajo de la alfombra, a las que debemos escuchar más, oírlas con más atención porque tienen mucho para decir y enseñarnos. Ellos representan los estandartes de la lucha, el compromiso y la alegría; estandartes que hace años hemos elegido seguir y reivindicar. Es por gente como Hugo que esta sociedad va a ser a una sociedad mejor.
Hablando puntualmente del oficio del músico, ¿Ojerosa les llena el plato de la mesa o todavía deben laburar de otras cosas a la par de lo que hacen?
Lamentablemente en nuestro país todavía se hace muy difícil vivir de la música en particular y de las artes en general. Las oportunidades son pocas y el juego está muy cerrado. Si no sos una banda exitosa se hace difícil ganar una moneda. Y aún muchas bandas de gran renombre la tienen que luchar día a día para seguir viviendo de lo que les gusta.
Te exigen que pagues grandes sumas de dinero por lugares que suenan mal, tienen la barra, las entradas. En fin, cláusulas leoninas para una música despreciada por el empresariado. Nosotros estamos inmersos en esa realidad. Si bien hemos tomado la postura de no pagar más para tocar, tenemos que tener otros trabajos que paguen las cuentas. Pero sin duda Ojerosa es la encargada de complacernos el alma.
Con el Sur Arriba los dejamos irse de viaje, pero antes necesitamos saber cuál es la ‘linda jugada del devenir’ que esperan ahora que salen a convidar aquello que disfrutan de hacer.