En el destino incierto que depara a las almas que – erráticas en su andar – necesitan del arte para sobrevivir al tiempo, la pintura se pronuncia en la creación como el espacio mágico donde se confunden los colores para construir un nuevo universo. Quizás eso quiso expresar nuestro compañero a pesar de estas innecesarias palabras.
Relieve epidérmico,
de anatómicas curvas.
El principio y el fin,
de un puñado de historia.
No me falta memoria,
Pompadour y su amante,
fue quien dieron ensamble,
a la copa y su forma.
No requiere una norma,
ni es mi afán perpetuarla.
Es de plástico el lienzo,
de ejemplares de época.
Ni es de sabio llorar,
por verla derramada,
solo algunos advierten,
distinguido regalo.
Aunque es agrio al principio
es un dulce presagio,
de una madre y su crío,
de peldaño a peldaño.
Madame de Pompadour y Luis XV:
[Jeanne-Antoinette Poisson, duquesa-marquesa de Pompadour y marquesa de Menars, con paridad francesa, conocida como Madame de Pompadour (París, 29 de diciembre de 1721 – † Versalles, 15 de abril de 1764), fue una muy famosa cortesana francesa, la amante más célebre del rey Luis XV, además de una de las principales promotoras de la cultura durante el reinado de dicho rey.]
****Luis XV era dado a diversos amoríos con las damas que se le acercaban y, entre ellas, fue a encapricharse de la señora que hemos nombrado. La conjunción de dinero, pasión y realeza puede dar lugar a cualquier cosa y, en este caso, al monarca no se le ocurrió otra cosa que encargar un molde del seno de su querida y hacer con él una copa para disfrutar de su caldo más golosote. Acuérdese de esa marquesa (que hasta se ganó un título nobiliario: ¿merced a sus buenas artes?) cada vez que le pegue un lingotazo a una botella de champán. ***