Las voces y miradas que componen el mundo construyen, según el grito, su propia versión de las cosas y configuran un pasado sostenido por el peso y la fuerza de la fe, los hechos y los testigos que, desde su pluma y su relato, inmortalizaron la historia. Diversas nociones de existencia se enfrentan en una lucha eterna donde el lenguaje, la cultura, los sentidos y la naturaleza vuelcan sus fuerzas para sobrevivir al impacto y proteger su esencia. Otros dioses, humanizados desde las tablas, desandan las escrituras impuestas y ofrecen, no sin antes advertir el miedo, nuevos gritos que surcan el aire.
La puja es mortales/inmortales, la misma que cuenta la mitología griega cientos de años antes de Cristo cuando intenta explicar los orígenes del mundo a partir de criaturas mitológicas. En el El Evangelio según La Circe los cuatro hermanos persiguen un plan: matar a la plaga; a todos los humanos mayores que durante toda su vida se han burlado de ellos. Tal como indica el nombre de la obra, la matanza partía de un ritual, de pociones extrañas y de magia. En esta historia, Circe, la diosa hechicera, someterá a sus tres hermanos a participar de juegos y sacrificios macabros poniendo en jaque los atributos de cada uno de ellos.
Una obra oscura, de esas que para entenderlas hay que tener cierto bagaje en el tema; pero más allá de eso, es de excelencia el nivel de los actores del grupo experimental Los Arrancados Green, tanto en la personificación, como en la vestimenta y en la riqueza del guión teatral.
El perverso basural
«Apaguen el celular, por favor», nos pidió una chica antes de ingresar a la sala del Teatro del rayo a las 22:15. Las luces muertas y la música fuerte revelaban que debíamos entrar sigilosamente y con cautela, ya que apenas se colaba luz por la puerta y casi que no se podía ver nada.
Fueron unos minutos de voz en off de alguien que hablaba en inglés (tal vez) en un tono un tanto quejoso, cuando de pronto entra en escena una de las hermanas, que era castigada y violentada por las otras, conquistando nuestras miradas.
La historia transcurre en un sótano. Y la particularidad es que está ambientado como un basural. Siempre asocié el basural con el cementerio, no sé, supongo que se debe a que en mi ciudad están cerca o, en realidad, porque la finalidad es la misma: depositar todo lo que no está más entre nosotros, lo que no sirve; entonces a veces tenía esa confusión. Papeles, latas, envoltorios de comida y mucho desorden, me daban la sensación de que también estaba sucia como ellos. La excéntrica puesta en escena me dejó en claro que la obra iba a ser distinta, y los personajes, mucho más. Un telar, una repisa con frascos que contenían diferentes sustancias para preparar pociones, una especie de telescopio casero y una red a la que le atribuyo la función de detectar ruidos y visiones, fueron referencia en el transcurso del relato.
Los rituales, un tanto graciosos y exagerados, pasaron a ser la parte cómica de la obra. Entre rezos del Padrenuestro y otros que no supe distinguir, claro, los dioses veneraban al mortal rondando su cuerpo una vez colocado en un altar y transformado en animal por la diosa Circe. De esa manera, ellos consideraban la salvación de las almas. Y su posible resurrección. Luego de este pequeño ritual, la sala quedaba oscura, y se oía a los dioses simulando una satisfacción libidinosa.
Del caos nace el conocimiento
Como cuentan los viejos griegos, lo primero que nace del Caos es Geo, la tierra, y así sucesivamente todos los elementos que dan vida al mundo. La combinación de humor y tragedia que los actores han puesto en escena muestra ingeniosamente todos esos avatares de la historia para justificar el porqué del plan que persiguen sobre los mortales. Esta obra es como esos caminos en los que hasta no llegar al final no podes imaginar ni remotamente cómo termina; la obra, igual, es aprovechable hasta la última oración. Es más, cuando parece que termina, no aplaudas: hay más. Y ese final es el que cierra la historia.
Una puesta que deja de lado lo banal y se acentúa en el campo de lo profundo. La lucidez de las personificaciones, los rostros, el maquillaje, la vestimenta y la maravillosa actuación se pudieron apreciar gracias a la magia del teatro, a lo que se vive aquí y ahora.
En medio de estas relaciones tóxicas, latieron temas como el miedo y el incesto entre hermanos; el consumo y el desorden. Surgida de un teatro experimental, El evangelio según La Cirse nos traslada a otro mundo, a otra época y a otro contexto, pero sin alejarse demasiado de los vicios y costumbres que tenemos en la actualidad.
Contacto
Integrantes
Actúan: Marianela Chicón, Mariela Feugeas, Santiago Pereiro, Julia Piaruchi.
Texto, Dramaturgia y Dirección: Arnaldo Adrián Almaraz
Asistencia dirección, fotografía, video y prensa: Anna Blank (Anabel Blanco)
Técnica (luces y sonido): Arnaldo Adrián Almaraz
Escenografía y vestuario: Los Arrancados Green
Diseño de luces: Arnaldo Adrián Almaraz
Ilustración: Emanuel Gastaldi