El ensayo ha sido arduo.
Horas y horas. Días y días.
Más todavía no estamos listos
para estrenar. «Siga recitando
y cúrese esa pierna».
Me dijo el director antes de apagar la luna
y yo no supe qué hacer primero, así
que ensangrentado recité
frente a las butacas vacías
y en la más completa oscuridad.