¿Qué hago con este puñado
de arena de un mar
que vendrá?
Es decir, tus ojos quizá
dándole agua a este desierto,
tu voz del otro lado
ahuyentando el miedo
al declive del cuerpo
del deseo,
al rechazo.
Qué hago, decime vos,
que hago con este puñado
de futuro. Con la luz
encendida a medianoche.