(Recitado en el segundo Slam de poesía oral Rosario 2016)
Bernarda Alba votó a Macri,
a la Revolución de la Alegría no pierde de vista.
No obstante el luto en su Casa se mantiene,
ahora que Adela se hizo zurda y feminista.
Si bien sigue disfrutando los almuerzos de La Chiqui,
está preocupada por la virginidad de sus hijas.
Pepe el Romano, se dice, está en La Cámpora,
y todos en el pueblo saben la fama de su pija.
La Casa sigue tapiada para ciertos temas:
gays, aborto, faso, inmigración y trabajo sexual.
Todas estas cosas que con los militares no pasaban,
ni cuando Monseñor Mollaghan estaba en Catedral.
Bernarda se tranquiliza con La Nación todos los días,
Nelson Castro y Lanata son su fiel consuelo.
Sin embargo en vilo se mantiene por las noches,
para que no entre a las piezas un subversivo y montonero.
Bernarda igual va al Círculo con Prudencia,
su amiga del Jockey y la Sociedad Rural,
enamorada de Astiz porque era rubio y facho,
y obviamente casada con empresario neoliberal.
Bernarda casi se infarta cuando descubrió que Adela,
en su placard tenía pañuelos verdes y aerosol.
Por suerte La Poncia había tirado antes que entre,
toda la tableta de Misoprostol.
Lloró más por Nisman, que por su finado esposo,
obligó a todas sus hijas ir al Monumento a protestar.
Ahí fue cuando Adela se le escapó y fue encapuchada
a romper todas las vidrieras de Fundación Libertad.
Bernarda teme zurdaje y lesbianismo en sus hijas,
por eso llama al doctor Albino para esas enfermedades;
sobre todo que ahora Adela convenció a su hermana Amelia
que comience una carrera en Humanidades.
Trata que sus hijas no vendan pan casero,
por suerte Angustias se recibió en la UADE,
quiere engancharla con Roy López Molina,
así Adela ya deja de fiscalizar para Del Frade.
Parece que Magdalena se dejó de depilar,
es otro hábito que Bernarda no lo acuerde.
Imaginate si se entera que Martirio por las noches,
se pajea con un póster del zurdito Monteverde.
No hay manera que, para sus hijas,
a Bernarda le convenza algún candidato.
Está esperando que se filtren algunos zurdos
que van a caer con el protocolo de la Pato.
Tanto putear contra la Argenzuela,
que ahora Adela rebeló a sus hermanas.
No sólo votan a Nico Del Caño,
¡hasta la criada flasheó cocina vegana!
Adela se escapa a las asambleas,
a hacer biodanza con una amiga peruana,
y al altillo donde la abuela María Josefa
encerrada se fuma toda la marihuana.
No hay tapado de chinchilla ni oda a Videla,
que a Bernarda le calme su luto a aquel franquismo.
Pero a su bastón ahora lo siente más seguro,
es que Barnarda Alba votó al Macrismo.