Las múltiples formas que se combinan en un rostro son motivo suficiente para lanzarse al bello arte de la poesía. La nariz es registro de condición, examen, tanteo precedente, rasgo definitorio, como estandarte de la virilidad, del soporte irrebatible de la personalidad. Si no, que así sea demostrado.
La vida es así, hay que aceptarlo…
acaso Dios es un operario más.
La matriz ha sido errática
y vos fuiste la pieza desechable
a la cual hay que encontrarle pareja.
La diversidad de tu relieve reluce.
¿Quién más admira la llanura, la meseta
y la cordillera junta?
También puede leer:
El narigón 2 (sin filtro)
El narigón 3 (Primera persona)