La derrota se presenta siempre como la chance más directa ante cualquier objetivo que nos planteemos – corto o largo plazo. Por eso nuestros compañeros largan este manual que ayuda a comprender de qué lado de la mecha te encontrás mientras saborean queso ruso y vos te preguntás acerca de la necesidad de esta bajada introductoria. 


Por Omar Sacrílego y Rogelio Impío

Las persistentes frustraciones y su increíble tozudez en no aceptar su irreversible mediocridad, llevaron a estos pensadores a buscar las explicaciones racionales de sus derrotas. 

La investigación les consumió largo tiempo y enormes sacrificios, para los cuales debieron recluirse y aislarse casi por completo de la vida social. Este tesón les vino perfecto para justificar su carencia de amoríos y la indiferencia de las mujeres. Algunos comentan que estos hombres jamás conocieron los placeres del amor, pero ellos respondieron que esto era una mentira aberrante, ya que los dos eran grandes amantes del cine pornográfico y, gracias a la precisión de algunos planos, podrían describir perfectamente cada parte del cuerpo femenino.

El padre de uno de ellos, aspirando a una vida de prosperidad y éxitos para su hijo, lo inscribió enseguida en las escuelas de medicina y fomentó sus gustos por la música de concierto, sin embargo, rápidamente se decepciono notando que su hijo no tenía grandes dotes intelectuales y era incapaz de diferenciar el sonido de un violín del de una lata de sardinas contra el suelo. De cualquier modo no fue un gran impedimento, ya que algunas escuelas ofrecen títulos a un precio no demasiado elevado y para aparentar ser un avezado en la música hacía falta solo mover un tanto la cabeza con los ojos entrecerrados y emitir frases incomprensibles.

Estos dos intelectuales de poca monta estuvieron acuciados por la referencia incandescente de Roberto Melaño, a quien admiraban, principalmente, por sus cualidades extraordinarias para ingerir 10 litros de cerveza de un solo tirón y teniendo siempre un vaso en la mano. Es muy poco probable que alguno de ellos hayan leído algunas de sus obras. De todos modos, para consuelo de ellos, las obras de Roberto Melaño no fueron leídas por casi nadie.

Del resto de sus trabajos poco se sabe. Uno de ellos incursionó en las artes alternativas, pero se retiró defraudado cuando comprobó que los artistas alternativos son muy exóticos y simpáticos, pero no ganan dinero ni tienen éxito con las señoritas.

A continuación se transcriben algunas de las máximas a las que estos pensadores arribaron –o, más bien, copiaron en servilletas de papel cuando eran dichas por Roberto Melaño, en pleno estado de ebriedad-, luego de arduas horas de reflexión concentrada. Quizás no sirvan más que para compadecerse del funesto destino de estos hombres, aunque también puede ser útil para comprobar si nosotros, sin saberlo ni sospecharlo, andemos caminado por los caminos de la desgracia, aún cuando nos creamos ser los más grandiosos.

‘Lo más cerca que estuve de participar en un acto sexual fue en mi propia concepción’

‘Cuando nací fue la única vez que una mujer me vio desnudo y se puso contenta…’

‘No soy cobarde, me lleva mucho tiempo tomar una buena decisión…’

‘Nadie puede decir que la pereza no es mi verdadera vocación. La cultivo desde niño casi sin interrupciones.’

‘Mis aspiraciones son tan bajas que cualquier Centro de Asistencia al Suicida me rechazaría por falta de mérito.’

‘Mi mujer me dejo por una única y sencilla razón: un hombre mucho más joven y viril que yo.’

‘Uno nunca puede saber en qué clase de tragedia termina el matrimonio, lo único que sabe es que termina en una tragedia.’

‘Las grandes ideas surgen a veces como producto de la reflexión, pero más veces son una alternativa a la masturbación.’

‘Los pensamientos brillantes suelen ser la otra cara de penes sin uso’

‘Habrá que convencerse de que el pito es un adorno y la vagina una utopía.’

‘Con el paso del tiempo estoy llegando a la conclusión de que Dios existe y se dedica a tomarle el pelo a los boludos como yo que alguna vez desconfiaron de él.’

‘Algunos dedican su vida a alcanzar la sabiduría, a mi me alcanza con un asado y un par de fernet.’

‘La vida es la sumatoria de momentos insignificantes que solo le interesan a su protagonista… y a veces ni a él.’

‘Siempre fui contra la adversidad, no por un espíritu de mártir, sino porque siempre fui de poco fiar.’

‘Nunca imaginé que la felicidad viniera en una botella y se mezclara con coca-cola.’

‘No es que sea vago, me niego a trabajar para evitar quitarle puestos de trabajo a la clase obrera.’

‘Sin dudas, lo más extraño que me paso con una mujer es que me haya dado bola, aún sin darle dinero ni extorsionarla con la difamación.’

‘Mi mayor talento es de la persistencia: hacer y hacer cosas aún conociendo mi completa inoperancia.’

‘Si usted no es rico, debe ser inescrupuloso, si aún no lo consigue, usted es un inútil’

‘Solo una cosa me sale bien: cometer errores.’

‘No es bueno pensar que eso que se nos ocurre cuando creemos que estar inspirados es una genialidad. La mayoría de las veces se trata de estupideces, como esta…’

‘Vergüenza no es matar, vergüenza es tirar y matar a otro.’

‘Soy el mejor candidato para presentarle a una hermana… si uno odia a su hermana.’

‘Las drogas no son la respuesta, pero lo disimulan muy bien’

‘Yo soy una persona muy coherente: me va mal en todo.’

‘Hay dos razones por la cual la mujer de mis sueños es imposible: primero, ella; después, yo.’

‘No es que yo sea un boludo, es que muy pocos tienen mis códigos’

‘Solo me falta una cosa para ser talentoso: talento.’