Tal vez mejor me llevo todo
Por Juan Pablo Di Lenarda | Ilustración: Ignacio Ledesma
Por Juan Pablo Di Lenarda | Ilustración: Ignacio Ledesma
Por Juan Represión | Foto: Agostina De Mileto
Por D.B. | Ilustración: Celeste Ciafarone
Por Ernesto David Sánchez
Por Marianela Druetta Mayotto
Por Lautaro Lamas
Por Mariel Ghilino
Por Marianela Druetta Mayotto
La construcción simbólica ha destrozado los niveles terrenales de percepción. El sentido de pertenencia aprovechó los movimientos de la historia y se apropió del curso de la vida de esos cuerpos que, obnubilados en su fe, apuran sus pasos detrás de las órdenes del líder. Él, escondido detrás de un par de ojos que no parpadean, se adueña de las miradas de sus fieles que buscan refugio de la intemperie, sin importar el precio.
Sobre una bicicleta en la que sólo pedalean algunos pocos, avanzan los dientes de un progreso mentiroso que trae miseria en su vientre. Endulza la mirada de los que, olvidados al lado del camino, fantasean con una fiesta a la que no los van a invitar. Y la historia, empecinada en convertirse en la piedra con la que el tiempo tropieza dos veces, se interpone en el camino para repetir las heridas y demostrarnos que no hemos aprendido nada.