Límites para tolerar a un amigo

Hay fronteras que no se cruzan. Son contornos establecidos por una convención social que nunca se juntó a discutirlos, pero que simplemente han quedado ahí: delimitando los movimientos. Atravesar esas líneas es una apuesta en la que está incluida hasta la propia piel. Nuestro compañero tomó nota de los comportamientos clásicos de los detractores y esbozó el siguiente ensayo.

El hombre que no moría

La necesidad de exterminio se presenta como un hecho erótico: cada una de las partes se desenvuelve con un repertorio particular, todas conducen a un mismo instinto confuso, una prédica desoída, un acorde indistinguible volviéndose un caos, o un sonido de silencios incómodos pero inconfundibles. Todos pervierten un orden, todos despiertan al deseo. La muerte misma es una de las manifestaciones de esas búsquedas, un frustrado cometido del goce.

La traición

Por Adalberto Fanfarrón  No, no es que a mí no me gustara la mina. No es eso. No vayas a creer que estoy medio rarito, que ahora opte...

El Corán y el Termotanque – Página 123 – Espacio de Literatura y Artes